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El reloj de arena: algo más que medir el tiempo

Los relojes de arena son un instrumento mecánico que sirve para medir un determinado transcurso de tiempo, desde el momento en que la arena comienza a caer del receptáculo o bulbo superior al inferior, hasta que termina de hacerlo, y sólo requiere de la energía potencial de la gravedad para su funcionamientoUn reloj de arena es la materialización del tiempo, ninguno otro reloj representa tan bien un concepto tan abstracto como es el tiempo. 

El material que se utiliza para esta medición es la arena como su nombre lo indica, o en algunos casos partículas similares procedentes de rocas o algún material sintético.

El período que mide es fijo, dependiendo de la cantidad de arena que incluye, pero suele tener ligeras variaciones por lo que actualmente está en desuso y ha sido sustituido por el reloj de pulsera para conocer la hora, y el cronómetro para medir el tiempo preciso transcurrido entre dos sucesos.

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Un reloj de arena es algo más que un objeto para medir periodos de tiempo. Es un elemento que nos transmite tranquilidad y es realmente hipnotizante ver los granos de arena caer y nos permite desconectar.

Historia

Las primeras mediciones del tiempo se hicieron a partir de observaciones astronómicas y durante mucho tiempo el cielo fue el instrumento principal de esa medición.  El primer «reloj» que estuvo a la disposición del hombre fue sin duda el derivado de la alternancia del día y de la noche, es decir, el día solar. Pero a lo largo de la historia tecnológica aparecieron inventos cada vez más sofisticados que permitieron «observar» lapsos de tiempo, desde los calendarios que registran días, años y siglos, pasando por las clepsidras, velas, cuadrantes y otros instrumentos que miden periodos más cortos, como las horas, minutos y segundos, hasta el reloj de átomos de celsio, cuya precisión se mantiene durante 30.000 años.

El reloj de arena se trata de un instrumento de medición antiguo y su origen no es claro, pero se cree que puede haber sido introducido en Europa en el siglo VIII por un monje llamado Liutprando, que lo presentó para hacer uso del mismo en la Catedral de Chartres, en Francia.

Los primeros registros escritos que se han hallado sobre este aparato en su mayoría son de los cuadernos de bitácora de los barcos europeos donde mencionan el reloj de arena, ya que aparece en las listas de provisiones de a bordo.

Fueron muy populares en los buques, ya que se trataba de la medición más fiable de tiempo en el mar, debido a que el movimiento de la nave durante la navegación no afectaba su funcionamiento. El hecho de que el reloj de arena utilizara materiales granulares en lugar de líquidos obtuvo mediciones más precisas. Los marinos encontraron con el paso del tiempo que el reloj de arena fue capaz de ayudarles a determinar longitud, la distancia al este o al oeste a partir de cierto punto, con una precisión razonable.

También se empleó en los servicios religiosos de iglesias, lugares de trabajo e incluso hogares para medir sermones, el tiempo invertido en pautas de trabajo y tiempos de cocción respectivamente.

A medida que se hicieron más comunes, aumentando la demanda de estos dispositivos, comenzaron a producirse en distintos tamaños y no era tan difícil conseguirlos en el siglo XV.

Hacia el 1500 se empezó a desarrollar el reloj mecánico, que se volvió más preciso, más pequeño y más barato, momento en el cual el reloj de arena dejó de estar tan generalizado. Sin embargo, no desapareció por completo, y empezó a valorarse por sus diseños.

Mecanismo

Un reloj de arena se compone de dos recipientes de cristal o plástico transparente, unidos por estrangulación lo que hace de regulador, para que la arena caiga en el inferior. Se coloca una cantidad de arena suficiente para llenar la mitad o poco más de la capacidad de uno de los recipientes. El tiempo se mide por lo que tarda la arena en pasar de una división a otra de los recipientes. Dada la simetría del reloj de arena, si se desea, se le da vuelta una vez más, y la arena vuelve a fluir como antes para medir otro lapso de tiempo como el anterior, o bien se posterga esta operación a otro momento.

Una vez que ha pasado toda la arena de un bulbo a otro, termina la medición del tiempo requerido y puede observarse que han quedado algunos gránulos en la parte superior y una pequeña montaña de arena en la parte inferior, que se desvanece al más leve movimiento.

Sin embargo, el reloj de arena no es útil si lo que se desea es medir el tiempo exacto que transcurre entre dos acontecimientos o saber la hora.

Mientras que algunos relojes de arena en realidad hicieron uso de arena real para medir el tiempo, muchos no usaron arena en absoluto. El material utilizado en la mayoría de las bombillas consistía en una combinación de polvo, óxidos de mármol, estaño o plomo pulverizado entre tantos materiales.

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La duración de cada reloj dependerá de la cantidad de arena que contenga en su interior, existiendo relojes que duran segundos hasta algunos que nos marcan tiempos de horas.

Diseño

La forma que hay detrás del reloj de arena no tiene casi ninguna evidencia escrita de por qué su forma es la que es. Las bombillas de vidrio usadas, sin embargo, han cambiado de estilo y diseño a través del tiempo. Mientras que los principales diseños siempre han sido en forma de ampolla, las bombillas no siempre estaban conectadas.

Los primeros relojes de arena consistían en dos bombillas separadas con un cable enrollado en su unión, el cual luego fue recubierto de cera para mantener juntas las dos piezas y permitir el flujo de la arena en el medio.  No fue hasta el 1760 que ambas bombillas fueron sopladas juntas para mantener la humedad fuera de ellas y regular la presión dentro de la bombilla que variaba el flujo.

Con el tiempo, las diferentes texturas de la materia granular fueron siendo puestas a prueba para determinar cuáles proporcionaban el flujo más constante dentro de los bulbos. Más tarde se descubrió que para conseguir el flujo perfecto para lograr la proporción de gránulo a la anchura del cuello del bulbo necesaria para ser 1/12 o más, pero no mayor que 1/2 del cuello de la bombilla.

Tipos de relojes de arena

Relojes de arena de plástico

Estos relojes son la mejor opción si lo vamos a estar moviendo de sitio a menudo. Si lo vamos a usar para juegos de mesa o si lo van a utilizar niños, nos aseguraremos que este no se rompa. 

Normalmente estamos más acostumbrados a ver relojes de arena de plástico exclusivamente para los juegos de mesa, uno de los mayores usos actuales. 

Una gran particularidad de estos relojes es su bajo coste. Si estamos buscando un reloj de arena pero no quieres gastar mucho dinero incluso es para reponer uno de algún juego que se ha roto o perdido, es la mejor opción. 

Relojes de arena de madera

Los relojes de arena con estructuras externas de madera tienen un estilo más antiguo y clásico

Por norma general estos relojes de madera suelen ser un poco más caros pero a veces merece la pena gastar un poco más ya que este material da un aspecto más cálido y encaja a la perfección como objeto decorativo si tenemos un lugar con muebles de madera y una decoración más clásica y acogedora.

Si eres un poco manitas puedes decorar tu mismo la estructura de madera a tu gusto o darle colores o grabados según te cuadre.

Relojes de arena de latón

Otro de los materiales que se usan para la estructura de un reloj de arena es el latón. Este material es fantástico para representar objetos antiguos. Si eres de esas personas que sienten pasión por los objetos antiguos este es tu tipo de reloj. Los hay con diseños muy variados y muchas veces a este material se les aplica una pátina, barnices y ácidos para dar un aspecto más envejecido. Esta estética es normal en objetos como estos ya que su propia creación y uso es anticuado, nos ayuda a transportarnos a una época pasada.

No es nada habitual encontrar este tipo de material como es el latón para diseños más modernos. Conllevaría un duro trabajo realizar un diseño moderno a partir de este material simplemente porque el material en si ya conlleva características más antiguas que la madera.

Reloj de arena magnético

Sin quieres salir de lo convencional debes elegir un reloj de arena magnético. Estos relojes han adquirido popularidad en los últimos años por su peculiar característica: en vez de tener arena en su interior, contienen limaduras metálicas para medir el tiempo. Estas limaduras caen y son atraídas por un imán que está situado en la base del reloj.

Este efecto de atracción entre el imán y las limaduras de hierro crean efectos extraordinarios y únicos en cada rotación. Las limaduras se unen entre ellas construyendo una montaña irregular con formas complejas difícil de describir.  Esta peculiaridad es la que dota a estos relojes de un carácter muy especial.

El reloj magnético realizan su función a la perfección (medir el tiempo), pero lo mejor es su efecto visual el cual nos puede dejar pasmados mientras caen las limaduras metálicas. Lo podemos usar como método de relajación para desconectar de las tareas que estemos realizando durante un par de minutos  o podemos dejarlo en el escritorio y usarlo para hacer pequeñas pausas y no agobiarnos.

Relojes de arena líquidos

Los relojes líquidos son algo fuera de lo convencional y son de lo más hipnóticos. Estos relojes tienen la peculiaridad de estar invertidos. Esto quiere decir que en vez de bajar la arena, en estos relojes, sube. Estos relojes de arena parece que desafían la gravedad.

Este efecto tan impactante se produce con las diferentes densidades de los líquidos internos los cuales van pasando lentamente de un espacio hacia otro. Densidades diferentes como la del aceite y el agua.

Los relojes de arena más grandes

El tamaño de un reloj de arena no es precisamente la cualidad más decisiva a la hora de determinar el tiempo en el que la arena fluye de un receptáculo al otro. Sin embargo, para que esto dure varios días o semanas, el reloj tiene que ser bastante grande. Dos relojes de arena gigantes son la Rueda del Tiempo en Budapest y el reloj de arena del Museo de Arena de Nima, en Japón.

Así se llama este reloj y es que realmente es una rueda de acero y granito de 8 metros de altura. Pesa 60.000 kg y se encuentra en la plaza de los Héroes de Budapest. Si inauguró celebrando la adhesión de Hungría a la Unión Europea. Es el punto de reunión en Nochevieja donde se procede a girar la rueda para dar la vuelta al reloj y comenzar el nuevo año.

Otro gigantesco reloj se exhibe en la Plaza Roja de Moscú desde julio de 2008. Con una altura de 11,90 m y un peso de cuarenta toneladas es, probablemente, el reloj de arena más grande del mundo.

Última actualización el 2024-04-21 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados

2 comentarios

  1. Maria Parraguirre

    Me encantó la publicación. Siempre me han atraido los relojes de arena. Compraré uno para lucirlo en mi hogar, que atraiga la atención de mis visitantes. Muchas gracias por compartirlo. Un saludo con cariño a través de la distancia.

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